A diez kilómetros del centro de Burgos se encuentra un Monasterio habitado actualmente por monjes cistercienses de la estricta observancia, también llamados trapenses.
El monasterio se remonta a época visigótica y estuvo habitado por monjes benedictinos. El edificio ha sufrido numerosas transformaciones por lo que conviven en él varios estilos. Destaca la torre cidiana de estilo románico, el Claustro de los mártires que data del siglo XII, la Sala Capitular del siglo XIII, la iglesia reedificada en el siglo XVI y la Capilla de San Sisebuto, donde estuvieron enterrados el Cid y su esposa Jimena hasta el siglo XIX.